¿Seremos capaces de reinventarnos bien, o será este el año donde el mundo empieza a sentir el peso de nuestras malas decisiones del pasado reciente?

Por ahora baste decir que el 2020 nos deja maltrechos, pero con esperanza -por la vacuna, por el diálogo incipiente, porque hay proyectos que prometen

¿Qué tal el cierre o reconcentración de decenas de órganos desconcentrados de los ministerios que encarecen la función pública?

La lección en torno a la importancia de la unidad ante la crisis actual debe perdurar